viernes, 5 de junio de 2009

Conceptos básicos para la realización del espacio escénico de Angelina o el honor de un brigadier

El prólogo donde el representante de la empresa, a modo de maestro de ceremonias, introduce a los personajes del drama, para que sean ellos mismos quienes se presenten, entronca con la tradición teatral de la Comedia del Arte y de nuestro teatro del siglo XVI.



Los personajes nos convocan a una representación. Todo es teatro. Todo tiene vocación teatral. En el escenario otro escenario. Telones pintados, luz temblorosa de candilejas. Es otro tiempo, un siglo lejano, nada de esto ya existe. No se trata de reconstruir el pasado, más bien de reinventarlo.


Transposición teatral de la memoria. Los telones son trampantojos (trompe l´oeil). El D.R.A.E. define este término como “ilusión, trampa, enredo o artificio con que se engaña a uno haciéndole ver lo que no es”.

La elección de los materiales es fundamental, gasas, lienzos, tules con distintas texturas que, al contacto con la luz, aparecen, desaparecen, se proyectan sombras. Todos los personajes tienen sombra, sombra que inquieta y confunde, que puede ser grotesca o dar miedo. Sueños y fantasmas de otro tiempo.Por otro lado, los cambios escenográficos tienen que ser ingeniosos, ágiles, me atrevería a decir divertidos y el actor tiene que contribuir a ello, participando activamente en la narración de la historia.



Angelina se desarrolla en Madrid, en la primavera de 1880. Un tiempo nuevo llama a la puerta. Renovarse o morir, aunque morir de risa.



Jardiel trae humor nuevo, las tablas crujen y descubrimos atónitos que lo que relucía no era oro, es latón. Y se oxida.


Este humor ventila, airea, ilumina, hiere, purifica y es un gratificante distanciamiento para revisar los mitos y las grandes palabras, ya tan polvorientas, que durante siglos, guardadas en escapularios, fueron santo y seña de este pueblo y de su teatro.Ironías del tiempo. Lo que hoy hace reír, ayer fue llanto. Cosas de aquí.



En asuntos taleslas clases sociales
compiten pero siempre sobresale
la noble clase alta;
las señoras con
rango y posición
si no adornan la frente del varón
notan que algo les falta.
Cuernos, cuernos, cuernos,
siempre tan modernos,
cuernos, cuernos, cuernos,
es la soluciónpon un par de cuernos
a tu depresión.

Esta canción de Sabina, a modo de ráfaga musical – qué antiguo suena - sirve para presentar a unos invitados de lujo: los cuernos… Y ya se sabe, donde hay cuernos acuden, esté o no invitados, el honor, bueno, el deshonor, la deshonra, la humillación y el ultraje. ¡Qué gentío!



Al alba todos al cementerio con su tapia y sus cipreses, que por cierto han perdido su esbeltez. Están torcidos y retorcidos hasta llegar a parecer… me recuerdan a…

¡No lo digas!
¡Pim, pam, pum!
¡Cállate!
(Silencio y risas)
Ya me callo.
Sólo diré…
¡Dios mío, me estoy desdoblando!
Sólo diré
que oigo clarines
y veo mujeres con mantillas negras
y no es Jueves Santo,
ni son las cinco de la tarde.
¡Que te calles!
(Carcajadas)



Y así, leídas y releídas las indicaciones de Jardiel, revisadas las imágenes, textos, museo, Historia, comparto ahora con vosotros el camino que nos ha llevado al espacio escénico de esta Angelina.Disfrutad de un viaje apasionante.


Continuará…

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